Una noche de verano |Libre, máximo 2|

Noche de verano es como podría describir aquel escenario nocturno, era simplemente algo sofocado, su garganta se resecaba con suma rapidez por lo que tanteó abrir y cerrar el hocico para así, hacer que la saliva se dignase a salir para que este no tuviese que levantarse a beber agua, pero aquello no sirvió de nada; se levantó con un gruñido, cerró los ojos con fuerza tratando de tomar fuerza y seguir con el cometido de aquella acción, parpadeó acostumbrándose a la poca luz que había, sus pupilas se habían dilatado a tal grado que su característico color rojizo no se notaba ante tanto negro.

Estiró con suma lentitud, dejando que su peso se posase en sus patas delanteras, después retrocedió para que las zarpas clavaran sus garras en la tierra y su cola alzada se movía de un lado a otro ante el placer que esto provocaba, volvió a posarse hacia el frente y lanzó un rugido, el cuál espanto a uno que otro pájaro que dormitaba bajo el árbol donde el se encontraba; sonrió de lado mostrando sus colmillos en perfecto estado y su mirada pícara demostraba que esperaba aquello, bostezó una vez mas y se dirigió a la laguna que se encontraba a unos cuantos metros de lejos. Su caminar era lento, flojo que demostraba su recién despertar, su melena se encontraba ligeramente despeinada del frente, algo común en el.

Caminó por cinco minutos mas hasta encontrarse con dicho lugar, bajó su enorme cabeza bebiendo del liquido cristalino el cuál era extraído con rapidez, pasaba por la boca endulzando la lengua y después terminaba recorriendo la garganta para terminar en su barriga; sus bigotes se empapaban de agua, pero su mirada estaba fija en la luna llena, se reflejaba hermosamente en el agua, y eso le encantaba secretamente, rara vez mostraba sus sentimientos y para el, la luna era su "amante" inalcanzable pero deseable, en veces deseaba ser un lobo, para aullar le hermosos y atrevidos poemas de amor, algo que si hacia como león era considerado loco, tal vez eso era porque jamás había tenido contacto con el sexo femenino de manera romántica. Sus orejas se habían ocultado entre su melena pero su mirada seguía fija en la luna, hasta que una peste le alertó, una Hiena se acercaba y eso no era bueno, se levantó con rapidez gruñendo amenazador a todos lados, estaba dispuesto a pelear, su mirada destellaba de molestia y la cicatriz de su ojo le hacia ver mas imponente.